. La Bahía de Mar: octubre 2005

martes, octubre 25, 2005

LAS CALLEJUELAS DORMIDAS

LAS CALLEJUELAS DORMIDAS
Por calles donde la luz se filtra vergonzosa, quizás, de vez en cuando, contaré algún que otro gajo de naranjas prendido en los aleros y balcones de los que cuelgan rastras coloradas de pimientos entre burdas y nobles ropas de trabajo.
Son esos lugares apacibles donde curiosas y tímidas ancianas juegan a la brisca sentadas junto a los portones, con una niebla de leña y olor a guiso recio flotando en el ambiente.
¡Es un ritual reconfortante el contemplar antiguas celosías y adivinar que, tras el gastado apresto de los encajes, hay ojos inocentes que nos siguen!
O presentir, tras las enmohecidas cancelas, patios que son pequeños reinos en los que siempre mandan los rosales para entregar una rosa distinta cada día: las más perfumadas y erguidas, las que resplandecían casi con luz propia o las relegadas, cubiertas con suaves telarañas.
En el letargo silencioso de las siestas era el aire tan dulce que se saboreaba hasta el cansancio con la apacible necesidad de los conversos. Entre claroscuros jugaban las manos con sombras chinescas y un zumbido de moscas nos recordaba que había llagado la hora de la merienda: ¡limonada con masitas francesas horneadas!
A veces, cuando la tarde no tiene apenas resplandores, nos sorprendía el viento de poniente. Es como si los visillos se rebelasen detrás de los cristales emplomados. De pronto las calles se colmaban de lluvia. Una lluvia caliente y vaporosa con un susurro placentero y decoroso que le daba al ambiente una tibieza de crepúsculo, la paciencia del remanso, la claridad sumisa del río cotidiano. Y al pasar la borrasca me enseñaron las calles ese fulgor que se volvía espacio y la vida volvía a sus portones y ventanas.
No he nacido yo para moverme en lujosas avenidas, sino en las callejuelas quietas y sombrías con caminitos y recodos donde también es posible descubrir una estrella.
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© Mar

lunes, octubre 24, 2005

Wrote XV - XVII

XV

se puede poner..... que desde la cima de aquella montaña perdida en la que me olvido de mis oscuros deseos he visto tu ausente caminar, que no podrás evitar que te mire en silencio y te rodee con mis alas de papel transparente, de las que no podrás huir, que seré la gaviota que vuela sobre las agitadas aguas del mar en busca de su presa y tu serás la sardina ingenua que alimente mis sueños tornasolados, que te sujetaré entre mis labios suavemente y acariciaré tu piel de plata con mis imaginadas manos de algodón y juntos volaremos sobre un mundo irreal y mágico, donde todo es azul y verde, que te guardaré en una cajita dorada para mirarte en mis días neutros y así podré devorar tu mente para que seas mío para siempre.

***

XVI

Te esperaba.

Llegas a mí en la hora vespertina, cuando sueño con

imposibles y venganzas.

Siento tu suave caminar tras la hiedra

que trepa por el muro

de mi corazón y sujeto tu mano que tranquiliza mi ira.

Pasó ya la inocente primavera y el fogoso verano,

y ahora, instalada en el otoño de mi vida,

veo con tristeza que cada vez son más cortas las estaciones.

Estoy preparada para recibir el invierno que se acerca

y que será el más frío, el más solitario,

el último invierno.

Hasta que llegue, te mantendré a mi lado y las algas

anudaran tus pies junto a los míos, pero cubriré tus ojos

para que no veas el hielo en mi rostro y así me recordarás

como cuando era tan sólo un pensamiento.

***

XVII

Miro a través de las lágrimas de mi mar y te imagino ahí,

siempre a mi lado.

La sal ha marcado mis mejillas, pálidas y cansadas de

esperar amaneceres en los que te soñaba junto a mi

saboreando la dulzura del chocolate amargo, y ahora sólo

saboreo la amargura de la soledad porque la brisa del mar no

me ha traído tu aroma ni el sonido de tu voz.

No quiero volver a llorar, no.

Quiero soñar que sueño y que tras el otoño

llegará el verano y después la primavera,

que nunca habrá frío ni hielo,

y volveré a ser la imagen que recuerdas.

*** © Mar

Wrote XI - XIV

XI
se puede poner.... que como un pescador de perlas bucearé en el interior de tus pensamientos y acariciaré tus deseos escondidos en nacaradas conchas, que la luz de la luna se filtrará a través de las profundas aguas para bañar de plata mis manos, que esas manos acariciarán dulce y engañosamente a la piraña que duerme en un desfondado corazón hasta hacerla creer que la amo, que cuando la piraña confiada abandone su presa y llegue a mi la conservaré en una pecera con gin-tonic para que olvide que por una vez ha sido ella la víctima del engaño.
***
XII
¡Ojalá se pudiera poner! que todos los niños viven en un mundo de niños en el que no pasan hambre, en el que no sienten la lumbre de un cigarrillo en su piel, en el que no son abandonados.
¡Ojalá se pudiera poner! que en el atardecer de los sin techo habrá una casa cálida para ellos y un plato de sopa caliente y una cama cómoda y mullida y en el siguiente amanecer un trabajo con el que poder vivir dignamente.
¡Ojalá se pudiera poner! que han terminado todas las absurdas guerras en las que los que menos culpa tienen son los que más sufren y nadie les había preguntado si ellos querían vivir ese horror.
Se podría poner que los niños son ángeles que guiarán un día nuestro destino y no los mimamos, que los sin techo han sufrido tanto que ya no saben si quieren vivir o morir, que ya no confían en alguien que confía en ellos, que las víctimas de la guerra somos todos y todos somos cómplices también porque no levantamos nuestras voces para aniquilarla con la fuerza de la palabra antes de que ella nos mate. Que queremos un mundo feliz, suave y armonioso, que unos brazos fuertes nos protejan y nos acaricien, que unos tiernos besos nos consuelen en la tristeza y nos hagan vibrar de pasión.
***
XIII
se puede poner.... que la soledad es la compañera de mis días vacíos, que las lágrimas no pueden brotar porque duele llorar sin que haya una mano amiga para enjugarlas, que en la oscuridad surgen los recuerdos amargos y las estrellas se apagan para que no podamos verlos, que al llegar el alba se desvanecen los miedos y resurge la esperanza de encontrarte de nuevo para que cures mi herido corazón, que la sonrisa congelada permanecerá en mi rostro hasta el rojo atardecer y de nuevo se desvanecerá porque no has llegado.
***
XIV
se puede poner... que si rebotara esa última bola y rompiera el cristal de la máquina infernal que controla nuestros destripados anhelos, conseguiríamos llegar al éxtasis y sucumbir ante la frenética danza de los sentidos, que viajaríamos por mundos inexplicables como meteoritos locos y tránsfugas, que exploraríamos todos los agujeros negros y en cada uno de ellos, como en un lupanar, ebrios de opio y bebedizos afrodisíacos, daríamos libertad a nuestras pasiones ocultas y nos fundiríamos el uno en el otro para volver a ser, al despertar, otra cautiva bola de acero que esperará pacientemente hasta romper el cristal de nuevo.
¿Se romperá?
***
© Mar

Wrote VI - X

VI

Des - olada...

Sí, sí que hay olas en mi mar,

olas tristes,

olas blancas,

olas de espuma de mar,

olas que vienen y van,

Estoy en medio del mar, a la deriva, sin rumbo,

esperando un soplo de aire que empuje mi barca

y me lleve a buen puerto.

***

VII

¿Has encontrado ese trocito de mi sueño imaginado?

Deja, no te agaches yo te lo enviaré y alégrate porque nadie en este mundo ha conseguido verlo, nadie se ha mirado en mis ojos para encontrar su verdad en ellos.

***

VIII

se puede poner.... que no es necesario cubrirse para acercarse a la presa elegida, que el contraluz de un atardecer lánguido deja ver la línea que divide su mundo y revela sus más íntimas pasiones, sus deseos ocultos, su misterio inconfundible, que la seda resbala suavemente por su piel y no puede ocultar sus marcas, que delatan la fragilidad de sus sentimientos, que en la soledad de una noche sin besos esperamos con dolor que el veneno sea solo un alucinógeno y al alba, yaceremos enlazados cubiertos tan solo por el sudor de nuestros cuerpos.

***

IX

se puede poner que acudiré con mis pinturas de guerra y cubriré mi cara con polvos de arroz, que en mi inexpresivo rostro no advertirás el ataque y complaceré todos tus deseos, como la geisha sumisa que atiende al samurai, que, entre tanto, mi otro yo huirá y caminará de puntillas sobre las hojas de los nenúfares del estanque para encontrarse con tu otro yo, el que escondes, el que temes mostrar, que sobre una hoja espera la rana encantada y al posar mis labios en su boca sabré que te he encontrado, y nuestros otros yoes arrojarán al fondo del estanque todas las armas, que apasionadamente disfrutaremos esos minutos de sueños alados, hasta que tengamos que regresar a nuestros cuerpos que ejecutan ebrios una absurda danza guerrera.

***

X

yo también quiero pan con mantequilla y flores invisibles y aromas imaginarios y quiero bailar con el "izafaldas" y sentarme descalza en el alfeizar de la ventana para ver esas pirámides, y pasear por las nubes y correr por el maizal y encontrar el séptimo cielo azul y evocar caricias que revientan en el arco iris.

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Las rosas han invadido el valle del M´Goun

***

© Mar

Wrote I - V

I

seamos camino

libre

limpio

amor lascivo

seamos camino

ñacurutú

ñorba

ñusta

volemos sin miedo

aire y luz

desesperadamente

***

II

¿qué se puede poner?

***

III

se puede poner que llegará el cálido verano y resurgirán otras sensaciones, que nuestros recuerdos brotarán de nuevo con la caricia del sol y no nos hará falta acechar bajo el abrigo para tocarlos, ni tan siquiera será necesario encender la luz

***

IV

se puede poner que la luz traspasará nuestra memoria amarilla y transformará los jirones del alma en dulce de guirlache, que las caricias del casero despiadado las envasaremos al vacío y las cambiaremos por caricias de un amante tierno como dulce de membrillo y habitaremos en una estrella azul donde no existe el dolor, donde la nieve es calor, donde la luna es roja y el sol violeta, y llegaremos más allá de nuestra propia imagen.

***

V

se puede poner que un día hablarán nuestros silencios y desgarrarán el cielo de quienes no los han escuchado, que las lágrimas de cristal sólo han servido paraque jueguen con ellas como si fuesen canicas de colores, que el mar repleto de ellas desatará su furia y de sus entrañas saldrán todas las lágrimas vertidas inútilmente, que mis ojos -ahora secos- reclaman la mirada del otro y al verse en ellos se romperá el espejo y le devolverán mil imágenes de horror que serán su eterno castigo, que sólo conservaré una esquirla de ese espejo roto en la que se puede ver la imagen que soñé y que tú no has descubierto, que engendraré millones de partículas de ese sueño imaginado para que no mueras sin vivirlo.

***

© Mar

viernes, octubre 21, 2005

TRANSPARENTE

TRANSPARENTE

En este amanecer violeta de un agotado verano

multiplico imágenes, sonidos y aromas,

recuerdos inagotables que, aparentemente,

se pierden en la memoria.

Recupero archivos olvidados para tenerlos cerca

cuando no estés.

Palabras, gestos inconfundibles y caricias imperceptibles,

tuyas, sólo tuyas... y mías.

Pero soy transparente.

Y no quiero que descubras las miradas, las lágrimas furtivas,

ni los colores opacos de un otoño, hace tiempo instalado.

Las huellas de mi rostro delatan la nostalgia de tu ausencia inminente.

Debes partir...

... aprender a descifrar otras señales,

ignorar que yo añoro tu presencia que para mí es

refugio y calma.

Debes partir...

... y compartimos los últimos momentos

con alegría, risas, curiosidad, incertidumbre,

incluso miedo... a lo desconocido.

¡Ay, si pudiera!

viajaría escondida en tu maleta

-botiquín de últimos auxilios-

Sin necesidad de palabras...

... sabes que voy contigo.

© Mar – Otoño 2001

lunes, octubre 17, 2005

A qué...

A qué salvaje estirpe perteneces,

que juegas entre oleajes dúctiles

y un cielo de tormenta.

A qué dioses invocas,

a qué múltiple deidad que te concede

el eco del lujo y esa tranquila voluptuosidad

que te hace cómplice potencial de un enjambre de colores.

A qué océano nocturno disfrazas

con olas plateadas,

brillos del astro de la noche.

A qué esperas para amarme,

si estoy entregada a ti

desde antes de que inventaran los años locos.

©Mar

De qué...

De qué aureola te vistes

para que te engasten en coronas imperiales.

De qué material opalescente y lunar

estás hecha, cuyo origen no se percibe.

De qué gama de rosas y malvas,

de flores y carnes tiernas y sensuales.

De qué cuadro antiguo provienes,

que apenas quedas velada en el recuerdo.

De qué complicidad te cubres.

De qué piel, que languidece si se la desestima.

De qué furtiva luz de alba.

De qué matiz de serenidad.

De qué, dime...

... de qué color es la ternura.

©Mar

viernes, octubre 14, 2005

Por qué...

Por qué cambiar las cosas o por qué no.

Por qué añorar tiempos pasados.

Por qué crecieron tan deprisa tus manitas.

Por qué se empeñan los charcos en vaciarse.

Por qué amanece tan tarde.

Por qué canta el cucú sin pájaros.

Por qué nunca te orientas

y no sabes si estoy

al sur o al norte de tu ombligo.

©Mar

Cuándo...

Cuándo evocar,

a mezzo-voce,

el privilegio de no compartir.

Cuándo interpretar,

como una diva,

el arte de dominar el tiempo.

Cuándo seducir

a los estetas

que juegan con los encantos de su perfección.

Cuándo hacer alarde

del virtuosismo

sin volverle la espalda al azar.

Cuándo dejarán de llorar los tamarindos

y brotarán entre el boscaje

las azules rosas de Siria.

©Mar

viernes, octubre 07, 2005

Cómo...

Cómo adivinar, a las puertas de Octubre,

si llegó puntualmente el equinoccio.

Cómo preguntarle al Sol si no se detuvo,

ni siquiera un instante, a su paso por el Ecuador.

Cómo estar segura de si, en tres días,

los días fueron exactamente iguales a las noches.

Cómo saber entonces, para poder huir,

si llegarás a tiempo

de llenarme los ojos de lluvias torrenciales

y el alma de hojas muertas.

©Mar

Quién...

Quién manipula

los días con la solemnidad

de las campanadas que llenan los salones.

Quién controla

el detalle incomparable

del nacimiento de una gota de rocío.

Quién provoca

la muerte del ocaso

y la estela de fuego sobre el agua.

Quién sacude

la mágica alfombra

esperando la música que anuncia el té con pastas.

Quién agita

la luna y comprueba

la pleamar de los sentidos.

Quién mueve

las burbujas

que me aprisionan en la arena.

Quién, dime,

quién mide el latido

de mi paso en el tiempo.

©Mar

jueves, octubre 06, 2005

Guardas silencio

Guardas silencio en esta luna de acuario

y lanzo un reclamo esperando una

respuesta cargada de desprecio.

Violenta.

Mientras espero enciendo un cigarrillo,

te intuyo a través de nieblas

y lloviznas.

Incólume.

Quizá no existes

y yo imagino alegorías

en torno a un amor extinto y cobarde.

Inánime.

Pienso que tal vez has olvidado,

o mejor, insistes en olvidar

y no arriesgas.

Pusilánime.

Cierro los ojos y te invento, naufrago errante,

nunca quisiste ser rescatado.

En tu desierta isla morirás.

Desierto.

Mar

A veces...

A veces pierdo en el parque la mirada

y mis ojos se vuelven estrellas errantes.

A veces, también en el parque,

hablo con mi perro.

Y no estoy loca.

Él sabe que algún día

serán realidad mis sueños.

Mientras, en mi balcón,

las jardineras bostezan vacías.

Mar

lunes, octubre 03, 2005

IV - Desarraigo

IV

Desarraigo

Hablas con la experiencia del agua

y de la tierra

y con el desarraigo del huido,

del sin techo que anhela el regreso

y no lo reconoce.

Hablas como si me conocieras

mejor que yo misma,

metáfora de mí,

y acomodas tus dudas en mi regazo

para que yo las acune.

Hablas como si, exiliado de mí,

habitaras mi desamueblado silencio

y quisieras burlarte del destino;

En un soplo de aire te desvaneces

como una débil mariposa.

En tu errático vuelo te pierdes de nuevo.

Escucha la palabra del amigo...

...yo sé que te amo.

Mar

III - Sueños

III

Sueños

Sueños de albores de primavera,

sugerentes,

evocadores,

sorprendentes.

Todo conmueve,

página,

lienzo,

pentagrama.

Has de hallar sin buscar,

silencio,

plasticidad,

ritmo.

La vida, toda, es melodrama

y sueños.

Mar

II - Renacimiento

II Renacimiento Nube rampante en cielo de tormenta: lava conciencias. Se desmelena el campo en los chubascos: dulce aguacero. Mar

I - Refugio

I Refugio Los inviernos son largos y fríos; no demores tu regreso. El corazón de esta Selva -Negra- es nuestro refugio en el tiempo. Mar