. La Bahía de Mar: septiembre 2005

miércoles, septiembre 21, 2005

Garabato nº2

Te buscaré.....

Entre las costuras que el desaliento

ha ido dejando en mi alma.

Entre los pliegues que el olvido

ha añadido a mi cuerpo cansado.

Bajo la piedra donde se esconde

el alacrán que mata mis sentidos.

En aquel pequeño rincón de mi ser

donde sólo tu puedes llegar.

Te buscaré...

Y cuando al fin te encuentre,

gritaré

por lo mucho que he sufrido,

lloraré

porque no me has comprendido,

moriré

porque ya no quiero verte.

Ya,

no te buscaré.

Mar

Garabato I

Garabato nº1

Al amanecer

quiero que te vayas.

Porque contigo se despiertan

tu arrogancia,

tu miedo,

tu odio,

tu duda,

y no te quiero así.

Al atardecer

quiero que regreses.

Porque contigo vuelven

tu paciencia,

tu ternura,

tu lucidez,

tu confianza,

Y así es como me gustas.

Porque al atardecer,

regresas y abandonas

todo lo que despierta contigo

Al amanecer...

Mar

Preámbulo, o algo así

A veces tenemos una total ausencia de musas, sí, esas traidoras que se van sin avisar. Y heme aquí, a las puertas del otoño y sin un triste -o alegre- verso que echarme a la cara. Por eso inicio este preámbulo -o lo que sea- para comunicaros que la sequía es pertinaz y de momento no hay ni una nubecita a la vista así que voy a castigaros unos días y voy a reponer unos cuantos "Garabatos" (catorce para ser exacta) Están como los escribí en su día y quiero conservarlos así porque son mis primeros pasos en esta complicada y hermosa tarea de juntar palabras y que signifiquen algo para alguien, que no siempre es fácil conseguirlo. Besos. Mar

Garabato XIV

Garabato nº14 ¿Acaso no me mirabas de reojo,

mientras disimulabas y dirigías a otros tu mirada?

¿Acaso no te turbó un poema

que despertó tus dormidos sentimientos?

¿Acaso no me dijiste que me amabas?

¿Acaso no has soñado con mi cuerpo entre tus sábanas?

¿Acaso no quieres, ahora, que te acompañe en tus sueños?

¿Acaso, ya, no necesitas mis caricias, ni mis palabras dulces?

¿Acaso la verdad ya no te gusta?

¿Acaso tengo que pedir siempre disculpas,

por estar cuando puedo,

por no estar cuando quieres?

¿Acaso, acaso, acaso?

O es que...

acaso,

la tortilla de patatas no debería llevar patatas.

Mar

Garabato XIII

Garabato nº13

IMAGEN

Hasta en la más completa oscuridad

adivino tu imagen.

Inerte, inerme,

pero fuerte y robusta,

firme e indestructible.

Acompaña mis días y mis noches

con cristales de sol

y espejos de luna.

Tan solo el flujo de las mareas

puede hacer que te ocultes

y vuelvas a emerger.

Estás ahí, y yo lo sé, para dar

seguridad a mis inseguridades,

confianza a mis dudas

verdad a mis mentiras

valor a mis miedos.

Estás ahí, y veo en esa imagen

mi sueño eterno,

el que nunca llega a cumplirse.

Nada podrá destruirte,

imagen de sol y luna,

de agua y fuego.

Tu imagen.

Mar

Garabato XII

Garabato nº12

JUEGOS DE AMOR Y MUERTE

Jugamos, a mirarnos a hurtadillas,

OjosMiradasLuz, sin decir nada.

Jugamos a cogernos de la mano,

TactoTemblorCalor, sin tocar nada.

Jugamos a besarnos tiernamente,

LabiosSaborMiel, sin manchar nada.

Jugamos a soñar con el futuro,

SueñosProyectosBoda, sin romper nada.

Jugamos Y ganamos.

Jugar, es arriesgado cuando ganas.

Jugar y confiar ya no es posible.

Jugar con la rutina deprimente.

Jugar con la certeza maleante.

Jugar y perder.

Jugamos Y ganamos Y perdimos.

Juegos De amor, De sueños compartidos.

Juegos De muerte, De realidad partida.

Batirse

en retirada.

Mar

Garabato XI

Garabato nº11

Tan sólo por unas horas...

Me he acercado a ti,

he vuelto a sentir tu suave caricia,

he vuelto a aspirar tu embriagador aroma,

he deseado poseerte para siempre,

solo para mi,

únicamente para mi,

exclusivamente para mi.

Egoísta,

no quiero compartirte con nadie

y me lamento porque no es posible.

Tan solo por unas horas,

déjame soñar,

déjame empaparme de ti,

déjame sentirte pleno,

enfurecido,

enloquecido.

Tan solo por unas horas,

déjame sentirte

suave, cálido, amable.

Tan solo por una horas

déjame sentirte mío.

Mar

Garabato X

Garabato nº10

ACRÓBATAS

Me descolgué por el muro

y te vi a través de la ventana.

Trepé por la pared de tus palabras

y te admiré.

Tú, tan sólo me mirabas.

No se detuvo el viento

y entre saltos y cabriolas,

entre risas y lágrimas

vertidas al mar de la ignorancia

yo te observaba y tú,

sin yo saberlo,

en silencio me mirabas.

Y me lanzaste un cabo

que devolvió la alegríaa mi tristeza,

un soplo de aire a mis recuerdos mortecinos.

Fui confidente y tú,

también lo fuiste mío,

sin rebasar los límites impuestos,

sin decir nada que no estuviera permitido.

Y yo, sin darme cuenta,

fui lanzando otro cabo de esperanza,

salvador de un naufragio consentido.

No se detuvo el viento,

ni el arrastre de sueños compartidos,

almas gemelas somos y juntos descubrimos

que no es posible vivir sin desvivir.

Y así, sin darnos cuenta,

hemos lanzado cabos que ninguno

podemos desatar del otro lado.

Aferrada a ese cabo,

me columpio cada día en tus pestañas,

acróbata incesante combatiendo el desaliento,

trapecista suicida sin red, sin conocimiento,

equilibrista inútil buscando utilidad al desconcierto,

contorsionista refugiada en los pliegues de tus párpados.

No se detuvo el viento,

y colgada de tus ojos

vivo y desvivo

este sueño tan violento.

Mar

Garabato IX

Garabato nº9

Quiero olvidar

que me quieres

y te quiero.

Quiero ver la realidad,

apagar la luz que me deslumbra,

esos cristales de mar

sobre tu piel desnuda.

Quiero aprender

que todo cambia,

que nada es duradero,

que otras luces te iluminan

y ya, no son la mías.

Quiero olvidar,

pero no puedo,

que me quieres

y te quiero.

Mar

Garabato VIII

Garabato nº8

LAS PALABRAS NECESARIAS

Me falta siempre, amor,

poder llegar a ti con

las palabras necesarias.

Hablamos muchas veces,

pero nunca te digo

las palabras que tu esperas.

Se me quedan enredadas en poemas,

y nunca llego a escribir

las palabras deseadas.

Me queman en el alma los silencios,

porque no puedo encontrar

las palabras nunca escritas.

Palabras,

sólo palabras,

¿por qué son tan necesarias?

Y ¿por qué no una mirada?

Mira con el corazón,

ya no harán falta

Palabras.

Mar

Garabato VII

Garabato nº7

Hay días... en los que todo es gris,

inútilmente oscuro y negro.

Los ojos de las almas tristes,

que no pueden llorar,

miran al cielo esperando,

soñando con imposibles.

Y las nubes, egoístas, roban sus lágrimas,

las arrancan de sus ojos,

las guardan celosamente,

las atesoran.

Cuando las nubes se llenan

y no pueden soportar esa pesada carga

dejan escapar su bien más preciado,

llenan de lágrimas los ojos de las almas tristes

para confirmarles que este mundo es

jodidamente oscuro

jodidamente triste

jodidamente inútil

Mar

Garabato VI

Garabato nº6

La imaginación...

es un pozo sin fondo

en el que no encuentras nada cuando lo necesitas

es un sueño im-perfecto

que te deja tirado cuando más lo deseas

es un toro embolado

que te clava ese cuerno que no ha sido encerado

es una luna rota

de la que caes mientras crees que el mundo está a tus pies

es un amante impotente

que te deja mojada y no sacia tu sed

La imaginación...

es como el tabaco

perjudica seriamente la salud

Imagino que...

Tengo que dejar de fumar.

Mar

Garabato V

Garabato nº5

INCIPIENTE PRIMAVERA

Me acaricia el tímido sol de esta incipiente Primavera, aún no nacida.

Con mi mano, recorro los humedales de mi agreste geografía.

Y te siento cercano pero tan lejos, que el sol se torna invierno.

Mar

Garabato IV

Garabato nº4

IMAGINANDO

Imaginando que tu boca

puede estar junto a la mía,

una dulce angustia

me remueve y me trastoca.

Mi alma se transforma en Celestina

Mi cuerpo es una hoguera enfurecida

que reclama amores prohibidos

Y tu, no estas aquí para saciarlos.

No entiendo la locura de este sueño

No quiero renunciar a poseerte

Quiero que apagues con tu fuego

El fuego que me abrasa y me detiene.

Mar

Garabato III

Garabato nº3

ALAS

Voy a comprarme unas alas...

en un todo a cien

Unas alas mágicas que me dejen volar,

que me impidan envejecer.

Unas alas únicas que me hagan soñar

que me digan siempre cómo imaginar.

Unas alas chinas que me dejen contar

que me enseñen a encantarme

y a encantar.

Mar

lunes, septiembre 19, 2005

Rostros de seda...

El tiempo permanece amurallado en esta ciudad con nombres de colores, sombras acechantes de los que no fueron y pudieron ser, muros capaces de abrir o cerrar bocas y de imaginar rostros de seda. La música acompaña esta variable de futuro y las voces escritas me despiertan o me hacen soñar; o adivino la realidad con ojos de lluvia y roca. Me pregunto a quién, con cualquier excusa, quiero o escribo. Vuelvo sobre mis pasos y reviso el mundo de ser nadie y, empecinadamente, creerme agua que rebosa los límites virtuales, llama que incendia anonimatos. Nombrar y dominar y someterme y disparar poemas al espacio y combinar cruelmente la indómita dialéctica de los adjetivos. Y caer vencida. Entonces regreso a esta ciudad con nombres de colores, donde el tiempo permanece amurallado con muros capaces de abrir o cerrar bocas y sombras acechantes de los que no fueron y pudieron ser. Y puedo imaginar rostros de seda.

A toda vela...

A toda vela vengo a contarte hoy, por si no lo has advertido, que las nubes se nos están escapando por el norte y se pueden observar frágiles brotes de sol tras el resplandor del abrazo nocturno. A toda vela, busco la libertad en el ocaso, en la tormenta del idioma de los niños, en los espacios sin delimitar, en los instantes agotados y en los márgenes inciertos que no saben de mentiras. A toda vela afilo este salmo de horas contra el muro de la noche, donde las lágrimas sacuden sus alas buscando el poema que vive en tu voz y en ese amor vecinal soy tu adoradora más devota. A toda vela abro las ventanas a la noche porque me importa que estés por la mañana para besar estos pálidos pechos de luna y me importa tu amor y el vértigo del deseo que cae sobre nuestros cuerpos y me importa rozar el cielo con tu sexo, levar anclas y, a toda vela, hacerme mar.

jueves, septiembre 15, 2005

Tengo un sueño...

Tengo un sueño abandonado
en el fondo de un cajón,
una pashmina violeta,
un clavel evocador,
y una palabra enganchada
en aquel ventilador.
Tengo un ciclo de nostalgias
colgado de mi perchero,
un paraguas de cuadritos,
un cuaderno perdedor,
y una mirada escondida
dentro del congelador.

A golpes de corazón...

«Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos.
Eso no es corazón...; es una máquina,
que, al compás que se mueve, hace ruido»
Gustavo Adolfo Bécquer
A golpes de corazón
descubrí los sueños y la vida,
el brillo de sus ojos en cada esquina.
A golpes de corazón
me enamoré de un dios de carne y hueso,
en sus manos crecía un mar de espumas vivas,
me enamoré de la promesa eterna de la dicha.
Y a golpes de corazón fui descubriendo
que la dicha es un producto que caduca,
-perecedero-débil-inhumano-
intuí la oscuridad de lunas rotas
y la pupila muerta del silencio ciego.
Golpe tras golpe,
mi corazón se perdió en su mar desierto,
se hundió en las dunas de su lengua,
quedó ahogado en sangre de falso oasis.
A golpes de corazón, -golpe tras golpe-
se me agotaron los huesos y por mis venas quebradas solo fluyen pedregales.
Y sin embargo aún espero,
-a golpes de corazón-
que una ráfaga de viento
me arrebate las cadenas de su voz
y derrita las negras nieves que me congelan.
Golpe a golpe,
mi maltrecho corazón
aún me recuerda lo que fui,
lo que siempre quise y nunca dejé de ser.
Un pequeño corazón
que renace cada día
entre latido y latido
a golpes de corazón.

jueves, septiembre 01, 2005

Háblame...

Háblame de las rojizas nubes de febrero, de los tibios atardeceres junto al río. Háblame, si es preciso, de la lenta programación de tu trabajo, del coste horario, o del proceso que sufre el algodón para que yo me vista de índigo recalcitrante. Yo te diré que se ha vuelto a estropear la lavadora que el pescado ha subido y los tomates se han puesto por la nubes, que se hace imposible planear ese viaje a Isla Mauricio. Te diré, mientras acuno en silencio tu cansancio, que deberías pasar un plumero por tus sueños, que deberías quitar las telarañas de tu alma. Y te diré, pasando el dorso de mi mano por el imperceptible trazo del horizonte, que el amor es quererte. Después... ...te enseñaré a planchar melancolías. --- ©Mar

Rescatándo-me

Vuelvo de allende los montes, vuelvo de mirar... y de no querer mirar de acariciar, de regar lirios y gitanillas, de hablar sin saber si me escuchan, de callar... y de inventar, de acariciar, de vestir y desvestir, de administrar placebos cada 8 horas, de llorar y dismular, de cortos y lentos paseos, tan lentos como interminables, de acariciar, de no entender por qué... de besos, los interminables... los besos lentos y las manos, siempre las manos. Sus manos. Vuelvo sin pretensiones, ni equipaje, sólo rescatando-me, porque agosto y la distancia nos cambia la perspectiva del paisaje, nos muestra la cruda realidad y advierto que,

incluso antes del otoño, como las hojas, caigo. Vuelvo a septiembre, rescatando-me, intentando recuperar la mirada y las gafas de sueños imposibles. --- Mar - 01/09/05