. La Bahía de Mar: octubre 2012

domingo, octubre 21, 2012

Y REVIVO...

Y REVIVO…

Viajo sobre el dorso de los días perdidos
persiguiendo mi Edén y me pregunto por qué las selvas
subsisten ante tanto saqueo. Busco los huecos donde, acaso,
atesoran su savia y el oculto misterio de su incansable avance.
Y se me van los ojos tras del reflejo de un sutil asteroide
que busca el ángulo frágil de mi ser
-península mercenaria que se aferra a la tierra-
y mis sueños se asilan al pie de las veletas.

Entretanto, mis ilusiones navegan como barca sin remo
hasta los límites del horizonte y -entre ruinas y mareas-
fluye por mis venas una avalancha de ternuras.
Y aún no he descubierto cómo pude vivir tanto tiempo
sin gritarle al mundo
–reverberación que choca y vuelve y vuelve-
que te quiero y te quiero.

Voy a contarte hoy que mi alma -armadura implacable-
se serena cuando en las noches quietas
hablamos sobre el tejado, ebrios de amor.
Que es en ese instante cuando todo te lo entrego,
cuando soy aliento de plenilunio, relente de hiedras
que ninguna vez supieron del invierno.
Y es en esos momentos, cuando me arrepiento y quiero
que nada sepas de mí y arrió las velas de mi cascarón
para recalar en mi playa, oculta a tu mirada, desierta de fantasías.
Pero también es entonces cuando –contradictoria-
me acerco a ti como continuidad de lluvia rezagada.

Y revivo otra vez como la Laurisilva
que perfuma con sus aromas mi cuerpo
-isla saqueada que para ti guarda sus secretos infinitos-
y los remiendos de mi piel se exilian al rayar el alba.
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© MAR